Es una tradición que cayó en desuso con los años en la provincia de Córdoba, muy relacionada con la producción láctea de la provincia y de los inmigrantes piemonteses.
Se realiza el viernes siguiente al famoso “ferragosto italiano” no celebrado por la diferencia de estaciones de Argentina con Italia. La tradición consiste en dejar un rato de lado la producción agro-ganadera, compartir una panna cotta con los abuelos y escuchar historias de Italia.
Entérate más en esta nota.
¿Por qué surge el viernes de panna cotta?
Es un conjunto de cosas que tienen una explicación relativamente simple. Hace de 150 años Córdoba iniciaba el proceso de colonización con la Ley Avellaneda y se llenaba de inmigrantes principalmente del Piemonte.
Estos inmigrantes llegaban a esta nueva tierra cargados de sentimientos agridulces por el abandono de su patria y la posibilidad de hacer “l´america”.
Muchas de sus tradiciones se adaptaron, como es el caso de la gastronomía con el famoso vitel tonné; comida de invierno ahora convertida en comida típica de verano.
Otras tradiciones inevitablemente se perdieron como es el caso del ferragosto tan asociado a la italianidad. Las diferencias estacionales se hicieron sentir, aquí es inverno y estamos en plena producción agraria. En otras palabras, fue imposible su preservación de parte de estos primeros colonos.
Imagínense que una fiesta tan presente en la memoria colectiva de una colonia (que muchas veces todos los habitantes descendían de solo de 2 comunas de la misma región) desapareciera totalmente era algo imposible.
Viernes de panna cotta y su antiguo objetivo
En el siglo pasado en nuestra provincia se comenzaba a trabajar junto con la familia en las zonas rurales alrededor de los 9 años. Actividades como la láctea eran muy sacrificadas, ser tambero era un oficio casi inhumano ya que todo se realizaba a mano y no se contaba con refrigeración.
A veces los únicos integrantes que descasaban eran los adultos mayores y otros como dice el dicho: “los gringos laburaban todos los días hasta el fin”.
Este viernes los abuelos pedían que sus nietos descansaran y pasaran una tarde con ellos para transmitir las tradiciones y recordar “algo” de la Italia.
Imagínense que para un niño o adolescente de la época era como ir al parque de diversiones ya que no trabajaban y comían un postre con sus abuelos.
Aquí se transmitía la lengua, se recordaba cómo era vivir en Italia (aunque según muchos abuelos que son lectores de nuestro sitio nos contaban que sus abuelos les decían que no había mucho que recordar por la pobreza pero que tenían “tradizion biele”).
Receta simple de panna cotta
Necesitamos: 500 ml de crema de leche y 150 gramos de azúcar impalpable. Esencia de vainilla a gusto (consejo una cucharadita), 10 gramos de gelatina neutra y cuatro cucharadas soperas de leche fría. Frutillas o algún fruto rojo agregar por encima del postre.
Modo de preparación
Tomamos la gelatina en polvo y le agregamos las cucharadas de leche fría. No revolvemos una vez que se forma como algo grumoso o una esponja es cuando la debemos usar.
Mientras tanto en una olla agregamos la crema de leche añadimos azúcar y la esencia de vainilla. Llevar a fuego medio a que hierva. Es conveniente ir removiendo con una cuchara de madera para que no se nos pegue el azúcar al fondo de nuestra olla. Una vez que hierve apagamos el fuego, agregamos la gelatina y revolvemos para que se integre bien a la mezcla. A continuación, podemos rellenar un molde individual o cuatro pequeños tipo flaneras. Refrigeramos mínimo por dos horas y servimos bañándolo con los frutos rojos a elección.
Adoro la panna cotta😋
Amo la Panna Cotta 😍