Mónica Reviglio es una periodista descendiente de italianos que tiene más de 40 años de carrera en varios medios de Córdoba. Se especializa en violencias de género y es una de las pocas mujeres multipremiadas a nivel local, provincial y nacional. Fue la primera periodista deportiva mujer de Córdoba y creó la secretaría de género del Cispren.
Con la expresividad, el carácter y el empuje que distingue a las mujeres italianas, fue haciéndose un lugar en los medios de Córdoba. Después de pasar por distintos roles y luego de 40 años de carrera, hoy realiza una de sus tareas favoritas: ser cronista de calle, o como se dice en la jerga periodística, ser movilera.
Mónica Reviglio: una vera donna italiana
La familia de Mónica es originaria del Piamonte: su bisabuelo nació en Narzole, una pequeña comuna de Cúneo, y llegó a la Argentina en 1890 con tan sólo cinco años. Su abuelo fundó el primer kiosco de diarios de Villa Fontana, un pequeño pueblo en el noreste de Córdoba. El puesto aún está en el lugar donde se fundó, y la casa familiar dejó lugar al hoy IPEM 228 “San Isidro Labrador”.
Domingo, el padre de Mónica, se instaló luego de casarse en el barrio Alta Córdoba de la capital provincial. Radicado a pocas cuadras del estadio Monumental Presidente Perón, era de esperar que los hijos de Domingo fueran de Instituto y que fueran apasionados por el deporte. Y ella no fue la excepción.
El piamontés presente
De su juventud, Mónica Reviglio recuerda que en su casa su papá hablaba piamontés. “Cantaba las canzonettas piamontesas que no me voy a olvidar nunca”, relata. Estas canciones se cantaban en las fiestas y los casamientos de los pueblos cercanos a la Mar Chiquita.
“No sé si serán todas las sangres iguales, pero yo soy orgullosa de mi apellido y de sentirme italiana. Ese carácter que tenemos, de ser tan expresivos, lo llevamos en los genes. Y las mujeres italianas somos así”, afirma.
Grande fue la sorpresa en la familia Reviglio cuando Mónica, a quien todos veían como profesora de educación física, decidió estudiar periodismo. Aunque no dejó esa vieja pasión: con el tiempo, se convirtió en la primera periodista deportiva mujer de Córdoba a sus 18 años.
Hoy, ya con 58 años y 40 de carrera, reflexiona sobre sus comienzos. “Cuando arrancamos las mujeres no teníamos lugares y espacio en los medios, ni en las redacciones. No teníamos las leyes que nos protegen hoy. Ni hablar del acoso, que estaba a la orden del día”, explica.
“Sin dudas este carácter me ayudó en una profesión que era sólo para hombres. Había que imponerse. Si bien venimos de una sociedad muy patriarcal, donde te decían cómo hacer y qué no hacer, mi crianza me dio carácter para imponerme”, afirma.
Pese al paso del tiempo, Mónica aún conserva sus energías. “Todavía me queda empuje. Me di cuenta en los incendios de 2020. No había quién me parara: ni los camarógrafos, ni la gente de técnica, y me decían que parara un poco. Pero cuando yo veo la noticia no puedo parar. Y ni te cuento si involucra a mujeres”, remarca.
El presente de las mujeres
Con la llegada de la última dictadura cívico-militar al poder, las mujeres desaparecieron de los medios. Cuarenta años después, “estamos en todos lados menos en los espacios de poder. Estamos en la calle. Una vez me dijeron que no podía ir a cubrir un accidente porque había mucha sangre. Y yo los miré como diciendo ‘¿Perdón? Qué me importa’. A mí no me importa si tengo que meter los pies en el barro, si tengo que meterme en un río, para que la nota llegue y para ayudar a la gente”, expresa.
Mónica Reviglio considera que aún faltan conquistar lugares que son esquivos a las mujeres. “Hoy estamos en la calle, detrás de los controles, detrás de las cámaras, de tantas cosas. Pero no podemos llegar a los lugares donde se toman las decisiones. En los medios vos das un paso para adelante y cuatro para atrás. Para no ir para atrás tenés que estar peleando todo el tiempo. Tenemos los mismos derechos y somos tan capaces como ellos”, enfatiza. Y agrega que aún hoy persiste un doble estándar: se exige siempre más a las mujeres.
La pandemia profundiza la desigualdad
Mónica puntualiza que con la pandemia de Covid-19 se profundizaron las desigualdades entre géneros. “Nos mandaron a la mayoría a las casas a cuidar los niños y teníamos que hacer teletrabajo. Y te critican, porque sos mujer y no vas a trabajar y tienen que trabajar los hombres. Tuvimos un doble estigma durante la pandemia. Hemos retrocedido muchísimo, y son lugares que hay que volver a ganar. Hay personas que perdieron lugares porque se tuvieron que quedar en casa para cuidar a los chicos”, lamenta.
Las dimensiones de la violencia contra las mujeres
La periodista se muestra preocupada por la cantidad de femicidios que ocurren en la provincia: sólo en Córdoba se cuentan ocho en lo que va del 2021. Mónica Reviglio apunta que los femicidas “no son hombres locos, son hombres comunes y corrientes, y tenemos que enfocarnos en ellos también, porque evidentemente son parte del problema. La justicia tiene que hacer su parte y los medios tenemos que tener cuidado con lo que publicamos por el efecto contagio”, advierte.
Y explica que la tarea que resta es muy grande frente a la revolución de las mujeres. “Salimos a la calle a conquistar nuestros lugares. Y toda revolución lamentablemente tiene sus víctimas. Cada mujer que se muere deja hijos, familia, amigos, y su vida simplemente por ejercer su derecho. Creo que no tenemos que tener miedo de ser mujeres, pero sí exigir al Estado, y fundamentalmente a la Justicia, que haga cumplir las leyes que tenemos”, subraya.
Mónica Reviglio y un mensaje para el futuro
La enseñanza que la historia de Mónica deja a las más jóvenes es que no hay que bajar los brazos, no importa lo que pase. “Es muy difícil. Pero mi recomendación es que luches por lo que querés. Si nosotras pudimos luchar teniendo todo en contra, hoy que las jóvenes tienen más posibilidades no tienen que tener miedo”.
“Sáquense los temores de encima, capacítense, estudien, sepan cuáles son las leyes que las protegen y las oportunidades van a llegar. Hay que buscarlas, y no hay que dejar que las agarren únicamente ellos. Si te tenés que ir a otra ciudad, hacelo, no tengas miedo. Hagan lo que su corazón les dicta, porque ese no se equivoca nunca”, alienta.
Y remarca: “Anímense, hagan lo que quieran y que no les importe lo que piense la persona de al lado. Hagamos lo que que queremos, como hacen ellos. Seamos felices nosotros y dejamos que los demás también lo sean”, concluye.
(Crédito foto de portada: Mónica Reviglio)
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