Los malfatti son una receta más común de lo que parece. Esta sabrosa pasta adquiere su peculiaridad ya que a diferencia de la mayoría, no se amasa. De hecho, es posible que muchas familias tengan por costumbre hacerlos sin saber su “nombre de pila”. Te contaremos entonces la historia y el paso a paso para que prepares la receta en este mes festivo.
La historia de los malfatti
Si bien su origen no está del todo esclarecido, se sabe que como todo éxito, surgió de un “error”. Malfatti significa “mal hecho” por lo que una traducción acertada sería ñoquis mal hechos. En la época del renacimiento, un cocinero italiano decidió hacer ravioles sin cubrirlos con pasta dejando sólo el relleno al descubierto. Quizás muchos piensen que se refiere a los famosos “ravioli senza spoglia” pero en realidad son más bien una especie de ñoquis por su textura y consistencia grumosa.
¿Qué necesito para hacerlos?
Para empezar es necesario destacar que la cantidad de ingredientes siempre depende de cuántos sean sus comensales. En este caso, para 4 porciones de malfatti necesitaremos: 350 gramos de ricota, 1 atado de espinacas, 2 huevos, 1/2 taza de harina, 1/2 taza de queso rallado a gusto, sal y pimienta.
¡Manos a la obra, llegó la preparación!
Lo principal en esta receta es lavar bien la espinaca para luego colocarla toda junta en una olla vacía, sin agua. Inmediatamente se lleva la olla tapada a fuego bajo durante unos 5 a 10 minutos aproximadamente. Finalizado este proceso será necesario escurrir bien y de ahí picar la espinaca recién cocinada.
Ahora por otro lado, debemos colocar la ricota en recipiente apartado. Es muy importante tener en cuenta que si está muy húmeda será fundamental secar la ricota con papel absorbente. A este bowl le agregamos los dos huevos, el queso rallado, con sal y pimienta negra a gusto. Como recomendación de la nonna, sugiero agregar una pizca de nuez moscada y pimienta blanca, esto dará un sabor especial. Es necesario unir bien la mezcla con un tenedor, dejando que queden integrados todos los condimentos.
A esta preparación le agregamos la espinaca picada bien pequeña, pondremos la harina y con las manos o con la ayuda de un tenedor, haremos una masa homogénea formada por todos los ingredientes utilizados.
Segunda parte de los malfatti
Ahora llega la parte más divertida. ¡Ojo! Es importante tener las manos con harina e incluso con una bolsa cubriéndolas, esto te ayudará para empezar a formar bolitas de unos 2 cm.
No es necesario que sean redondeles perfectos, porque debemos hacerle honor a su nombre, “mal hecho” por lo que está bien si no son asimétricas. Lo que sí será importante es que cada bolita tenga la misma cantidad aproximada de relleno para que al cocinarse sea de forma pareja.
Una vez que terminamos de moldear todas las bolitas será necesario poner a calentar una olla con abundante agua y un poco de sal gruesa. Cuando el agua esté hirviendo, comenzaremos a agregar de a poco los malfatti, uno por uno para no quemarnos. El momento ideal para sacarlos, al igual que a los ñoquis, es cuando están flotando ya que si los dejamos más tiempo corremos el riesgo de que se desarmen.
Recomendaciones para disfrutar
Existen miles de formas y variantes para disfrutar los malfatti, todo depende de los gustos de quien cocine. Para estas fiestas una opción inigualable es la de “pinchos de malfatti” que son muy simples de hacer: a un palito de brochette se le pican 5 o 6 de estos malfatti y como extra se agrega una salsa de cuatro quesos aparte para untar.
Otra idea, muy elegida para los almuerzos generalmente, es esparcir los malfatti en capas sobre una fuente y en medio de ellas agregar salsa mixta o bolognesa y al final rallar un poco más de queso. Esta fuente irá al horno hasta que se gratine ¡Y listo! finalmente se puede disfrutar de esta deliciosa receta en familia o con amigos.
PhotoCredit de portada: Facebook La 100 FM.
